KERMÉS SANTA CRUZ
Hace 13 años
viernes, 16 de octubre de 2009
San Cayetano- Campana
Escribe el P.Bernardo
La presencia pasionista en Campana es una paginita de nuestra historia, con la novedad de la participación de laicos. La presencia de hermanas pasionistas inclinó la balanza en medio de otras opciones, y parecía ofrecer “otra” manera de estar y vivir como religiosos.
Llevamos ya casi seis años. Ha sido una novedad impensada, capaz de esfumar cualquier sueño de éxitos y, también, revelación de los límites que en otros lugares no aparecen con tanta nitidez. Las carencias tan grandes y la postergación prolongada piden seguramente iniciativas más comprometidas de promoción. Por ahora, estamos.
En este lapso, los laicos que participan hacen un aporte interesante, que va desde la recreación para niños los sábados, las visitas a las familias, la ayuda en trámites de pensiones o jubilación, la coordinación de dos emprendimientos de cocina y otro de fabricación de bolsas de residuos, más reflexión mensual con cada grupo.
Finalmente somos testigos de la tremenda solidaridad que se manifiesta en ropa, calzado, materiales para la escuela, medicamentos, mercadería… y, por último, la compra de pan, pizas, y otras ricuras que salen de San Cayetano. Pero, sobre todo, los lazos de amistad que llenan la vida de esperanza y son un signo del Reino que crece. La visita de alumnos y alumnas de Santa Cruz constituyó una novedad en el barrio. Fue una corriente de vida que sorprendió a chicos y grandes.
La gente del barrio aporta desde sus límites y sus luchas, desde su paciencia y esperanza, ricas lecciones de humanidad: tantos años con promesas incumplidas, con trabajos precarios, con sueños postergados… y no bajan los brazos y nos reciben como amigos.
La presencia pasionista en Campana es una paginita de nuestra historia, con la novedad de la participación de laicos. La presencia de hermanas pasionistas inclinó la balanza en medio de otras opciones, y parecía ofrecer “otra” manera de estar y vivir como religiosos.
Llevamos ya casi seis años. Ha sido una novedad impensada, capaz de esfumar cualquier sueño de éxitos y, también, revelación de los límites que en otros lugares no aparecen con tanta nitidez. Las carencias tan grandes y la postergación prolongada piden seguramente iniciativas más comprometidas de promoción. Por ahora, estamos.
En este lapso, los laicos que participan hacen un aporte interesante, que va desde la recreación para niños los sábados, las visitas a las familias, la ayuda en trámites de pensiones o jubilación, la coordinación de dos emprendimientos de cocina y otro de fabricación de bolsas de residuos, más reflexión mensual con cada grupo.
Finalmente somos testigos de la tremenda solidaridad que se manifiesta en ropa, calzado, materiales para la escuela, medicamentos, mercadería… y, por último, la compra de pan, pizas, y otras ricuras que salen de San Cayetano. Pero, sobre todo, los lazos de amistad que llenan la vida de esperanza y son un signo del Reino que crece. La visita de alumnos y alumnas de Santa Cruz constituyó una novedad en el barrio. Fue una corriente de vida que sorprendió a chicos y grandes.
La gente del barrio aporta desde sus límites y sus luchas, desde su paciencia y esperanza, ricas lecciones de humanidad: tantos años con promesas incumplidas, con trabajos precarios, con sueños postergados… y no bajan los brazos y nos reciben como amigos.
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